Estudio de formas de violencia hacia las mujeres con VIH en Bolivia, Honduras, Panamá y Paraguay

El Estudio sobre las formas de violencia hacia las Mujeres con VIH, aborda a la población de cuatro países de América Latina en toda su diversidad, incluyendo a las que ya han dejado atrás la llamada edad reproductiva, lo cual no debe interpretarse como que han dejado atrás su vida sexualmente activa ni que la atención de su salud reproductiva e integral deje de ser una cuestión prioritaria.

El estudio es liderado por el MM+ e ICW Latina y se realizó en Bolivia, Honduras, Paraguay y Panamá donde se implementaron 50 entrevistas a profundidad a mujeres con VIH de cada país. 

En los cuatros países, varias de las mujeres entrevistadas narran la forma en que el diagnóstico de VIH se constituye en un atributo generador de estigma en diferentes contextos como la salud, el entorno laboral, y las relaciones interpersonales. Esto las convierte en objeto de violencias verbales y físicas; repercutiendo de forma negativa en su salud mental, la cual no necesariamente ha podido ser atendida; careciendo así de herramientas que les permitan superar sentimientos de culpa y frustración, o incluso poder entablar relaciones sociales y afectivas que les permita construir núcleos de apoyo y comunicación.

El estigma del VIH tiene un doble impacto en la subjetividad de las mujeres afectadas. Por un lado, la culpa que se suele atribuir a las personas que contrajeron el virus es a menudo asumida por la propia mujer, que se siente responsable de su propia infección. Por otro lado, esta culpa es aún mayor cuando ha tenido hijas/os desde que está con el virus y se lo ha transmitido a una hija o hijo.

Las violencias de parejas o ex parejas aparecen con frecuencia en las narrativas de estas mujeres: violencia de tipo física y psicológica, que en algunos casos se incrementa en frecuencia y virulencia con el diagnóstico de VIH a partir de atribución de culpas en relación con tener el virus, reales o imaginadas cuestiones sexuales, amenazas y chantajes. Muchas de las entrevistadas deciden no formar nuevas parejas después de relaciones complejas o por el temor de recibir agresiones al contar sus diagnósticos a nuevas parejas. El VIH no solamente agrega pretextos o especificidades a las violencias experimentadas, sino que debilita las capacidades para enfrentar las diversas situaciones. El saberse con VIH resta energía y poder a las mujeres afectadas para resistir y denunciar las diversas formas de violencia: por temor al aislamiento, el miedo a la soledad, por no querer exponerse públicamente como mujer con VIH, hasta por el temor a que discriminen a sus hijas/os. 

La violencia sexual, incluyendo los relatos de violaciones, han sido transversales en los cuatro países. En la mayor parte de los casos, los perpetradores de este tipo de violencia son maridos, parejas o ex parejas y familiares hombres. 

A continuación, un carrusel con hallazgos del estudio y publicado en el marco del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

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